El pasado jueves y hoy, 8 y 11 de febrero, recordaban en el Diario de Navarra la prohibición de celebrar los carnavales hace 75 años, en 1941:
Esta prohibición se estableció en una circular el 3 de
febrero de 1937, en plena Guerra civil, La orden de 1937 decía:
“En atención a las
circunstancias excepcionales que atraviesa el país, momentos que aconsejan un
retraimiento en la exteriorización de las alegrías internas, que se compaginan
mal con la vida de sacrificios que debemos llevar, atentos solamente a que nada
falte a nuestros hermanos que velando por el honor y la salvación de España
luchan en el frente con tanto heroísmo como abnegación y entusiasmo, este
Gobierno General, ha resuelto suspender en absoluto las fiestas de Carnaval.(…)”
Pero tras la guerra se mantiene como se puede ver en el comunicado de 12 de enero de 1940, emitido por el Ministerio de la Gobernación y que firma Serrano Suñer.
Su aplicación durante el periodo franquista supuso en muchos
lugares el olvido e incluso la pérdida de las costumbres y ritos asociados al
carnaval. También en el Valle de Erro, donde aquellas costumbres y fechas de
celebración ya no se llevan a cabo tal cual.
En el libro de Eusko Ikaskuntza: “Carnaval en Navarra” de Juan Garmendia Larrañaga nos cuentan cómo
eran los carnavales en Navarra.
Aquí lo
podéis consultar: http://web.archive.org/web/20121221025952/http://www.euskomedia.org/PDFAnlt/jgl/15001242.pdf
En ese libro se incluyen tres pueblos del Valle de Erro,
gracias a testimonios de los propios erroibartarras, recogidos en 1983.
Estos son los pueblos y los testimoniantes:
En Erro: Matías Vizcay Linzoain.
En Espinal: Pedro Beraiz Urdiroz, Lucía Zugarramurdi Beraiz
y Narciso Zugarramurdi Beraiz.
En Lintzoain: Segundo Torrea Usoz.
En Erro y en Lintzoain el domingo y el martes de carnaval
había cuestación vespertina y cena de los mozos. Los niños de la escuela hacían
la petición el martes por la mañana y, el martes, el cabrero o el pastor
también postulaban aunque no llevaban disfraz.
En Espinal empezaban el domingo a la tarde hasta el lunes de
mañana y el martes por la tarde repetían lo del domingo pero sin disfraz alguno
y cenando de forma itinerante hasta la madrugada solamente. Los niños el lunes
a la tarde hacían la colecta y una merienda.
Os recomendamos la lectura del libro, hay muchos detalles de
cómo eran las celebraciones, las comidas y los cantos.
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